Lo tenía todo.
Y nada la llenaba.
Respiraba hondo.
Y ni la piel se erizaba.
Ya no había sonrisas,
Ni tímidas caricias.
Ya no amaba,
Ni temía al mal.
Se descalzó en la arena.
Se quitó la ropa.
Dijo adiós a la primavera
Y se zambulló sin más.
No abrió los ojos.
Tampoco la boca.
Solo nadaba
Sin respirar.
Y ya no hubo “todo”
No quedaba nada.
Ahora estaban solos
Ella y el mar.
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